El aceite esencial es un líquido hidrofóbico, lo que justifica su denominación como “aceite”. Sin embargo, es importante destacar que no se trata de un líquido oleoso, a diferencia del aceite vegetal, que es un producto completamente distinto generalmente obtenido mediante el método de prensado en frío de semillas con el objetivo de extraer ácidos grasos y vitaminas.
Los aceites esenciales son conocidos y utilizados desde hace varios milenios, y están compuestos por moléculas volátiles obtenidas a través de la destilación de plantas. Se excluyen de esta técnica los aceites esenciales cítricos, como el aceite esencial de limón y de pomelo, cuyo aceite se extrae de la cáscara de los frutos. Desde la antigüedad, estos aceites esenciales se han utilizado en la medicina, tanto en Egipto, Grecia y China, como lo siguen haciendo en la actualidad. Muchos laboratorios farmacéuticos utilizan aceites esenciales en la formulación de medicamentos, y algunos médicos se especializan en la medicina de aromaterapia. La destilación permite obtener diversas moléculas activas, que varían según las plantas en cuestión.
Las principales familias de moléculas incluyen:
- alcoholes
- fenoles
- óxidos
- aldehidos
- ésteres
- éteres
- cetonas
- terpenos
Por ejemplo, los fenoles son potentes agentes antibacterianos, antivirales y antifúngicos, que se encuentran en gran cantidad en el aceite esencial de tomillo con timol.
Los terpenos tienen propiedades tonificantes y ayudan al sistema respiratorio, presentando efectos expectorantes y balsámicos, siendo excelentes para purificar el aire. Estas moléculas están presentes en aceites esenciales como el de pino, ciprés y en los aceites cítricos como limón, mandarina, naranja y pomelo.
Los éteres son excelentes antiespasmódicos, tanto para el sistema nervioso como muscular, ayudando a combatir espasmos. También tienen efecto analgésico y se encuentran en aceites esenciales como albahaca y estragón.
Los ésteres tienen un poderoso efecto antiestrés, promoviendo el sueño y actuando como analgésicos. Esta molécula se puede encontrar en aceites esenciales como ylang-ylang, lavanda, manzanilla y gaulteria.
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